Barrios enteros sin luz, árboles caídos, casas destechadas, bloqueos con llantas incendiadas, atracos en los bloqueos, y mucho, mucho calor sin aire ni abanico. Esta semana Barranquilla parecía al borde del colapso tras un vendaval provocado por las altas temperaturas.
El vendaval, según cifras de la Alcaldía, dejó 711 viviendas afectadas y 170 árboles caídos. Se dañaron más de un tercio de los circuitos de distribución de energía de Air-e, la empresa que presta el servicio: 70 de 190. Cuatro días después, en algunos sectores aún no hay luz y persisten bloqueos.
El vendaval expuso los principales problemas de Barranquilla, y dejó la sensación de una ciudad que puede tener un estallido social por el problema de la luz. Más allá de unos trinos, el alcalde Álex Char ha tenido un rol poco visible. No dio declaraciones en medios, y no se refirió a los bloqueos por falta de energía. Tampoco hizo un balance de la situación y decretó calamidad pública solo dos días después de la emergencia a través de Twitter. En contraste, ha hecho más énfasis en enviar mensajes positivos, y resaltar que a Barranquilla “nadie la detiene”.
Ayer, al final de la tarde, Eliandro Otalora estaba sentado en un bordillo junto a su pareja, su hijo y dos vecinos. Veían como el camión de Air-e, la empresa prestadora del servicio de energía, arreglaba el transformador que se había dañado.
Ellos bloquearon la vía en el barrio El Porvenir, en la localidad Centro Histórico, porque llevaban sin luz 5 días, desde antes del vendaval. Y ante la emergencia, el servicio de atención de Air-e colapsó.
“Yo tengo un niño de 11 meses, y tuvimos que ir a un hotel por el calor. Hemos tenido gastos de alrededor de 300 mil pesos pagando la noche de hotel, pérdidas de alimentos, las proteínas todas se nos dañaron”, dice Otalora, que vive en un en barrio de clase media.
Una nevera sin luz en los en Barranquilla se descongela en un día. Lo peor es cuando le toca pagar el recibo: “Es un hueco en el bolsillo para el barranquillero. El promedio del recibo en mi apartamento es de 700 mil pesos, 750 mil pesos”.
El bloqueo en El Porvenir fue uno de los cientos que hubo en la ciudad y sus municipios vecinos en los últimos días, y que aún persisten en algunos puntos. Esta semana en Barranquilla, la temperatura alcanzó los 49 grados de sensación térmica. Sin abanicos ni aires acondicionados, en cada cuadra la gente salió a bloquear las calles.
Barranquilla, y el Caribe en general, lleva décadas padeciendo por el servicio de energía. En abril, ya hubo una protesta masiva en contra de Air-e, que presta el servicio en Atlántico, Magdalena y La Guajira, y que recientemente fue intervenida por el gobierno de Petro por problemas financieros.
El problema con Air-e había sido principalmente su alto costo, el más caro del país. Una de las razones es que Air-e entró a operar bajo un régimen especial, aprobado en el gobierno Duque, que le cobra las pérdidas (las que se dan por fallas en las redes o por robo de energía) a los usuarios. Además, este año, Air-e cobró de forma acelerada la opción tarifaria, una deuda que tienen los usuarios porque en pandemia se congelaron los incrementos de tarifa, al mismo tiempo que los costos de la energía que producen las generadoras se disparó.
La falta de servicio durante varios días, provocó múltiples bloqueos, y que la movilidad colapsara.
Carmen de La Hoz dijo que el martes estuvo seis horas en un bloqueo entre Malambo a Barranquilla: “A la entrada del El Concord, en Malambo vía a Barranquilla, había una barricada. Había personas que tenían la vía cerrada. Fue bastante angustioso porque fue desde la seis de la tarde, y hasta las 12:30 de la noche que dieron paso. Quemaron llantas, palos y lo más insólito es la ausencia de las autoridades, no había policías”.
Los buses de transporte público suspendieron por varias horas sus rutas, y multitud de gente quedó a la deriva buscando en qué regresarse a su casa. También suspendió algunas rutas el sistema de transporte masivo Transmetro, que ha presentado inconvenientes para operar este año por los problemas financieros.
Francisco Pupo, representante de la línea de buses de Asotranscol, dijo a La Silla que normalmente los buses demoran dos horas y medias en hacer los recorridos, pero con la coyuntura de los bloqueos demoraban unas diez horas.
Y, además, el caos aumentaba porque durante los bloqueos se presentaban numerosos atracos. Carolay Figueroa le dijo La Silla que durante esta semana estuvo a punto de ser víctima de atraco mientras esperaba un bus.
“Mientras esperábamos el bus en el Circunvalar presenciamos varios intentos de atracos. Había rateros escondidos entre la lluvia y la oscuridad. A una chica le intentaron robar el celular, pero lo esquivó y se acercó a donde yo estaba. Por suerte, otro ‘coleto’ que estaba ahí sacó un machete y nos defendió del atracador”, dijo Figueroa.
Dayana Fontalvo, que ha trabajado en la Fundación Foro Costa Atlántica en temas de inclusión social y seguridad ciudadana, dice que “algo similar nos pasó con la pandemia en Barranquilla. Los temas sociales han estado en el fondo, y hay una sensación de olla de presión que por cualquier circunstancia, en cualquier momento, va a explotar por todo el rezago que hay en lo social”.
El tema de seguridad ha sido uno de los lunares más grandes de Barranquilla. En medio de una guerra de bandas criminales, entre las ciudades principales, el año pasado “La Arenosa” fue la segunda con mayor tasa de homicidios: 28,3 homicidios por 100 mil habitantes. Este año la situación está peor porque hasta agosto se presentaron 46 homicidios más que en el mismo periodo del año anterior.
Ayer, el portal Zona Cero, tituló una frase del alcalde Álex Char en un evento empresarial: “Hoy Colombia envidia a Barranquilla porque la Alcaldía y la Gobernación son un solo equipo”. Hubo más de cien comentarios con burlas y críticas por la desconexión con la crisis que ha vivido la ciudad en estos días.
La presencia de Char frente al caos en Barranquilla se resume en tres trinos en Twitter. Uno, el día del vendaval, informando que no había pérdidas humanas y que estaban trabajando para atender a los afectados. Otro el miércoles, dos días después del vendaval, para anunciar la declaración calamidad pública. Y, el último, una visita al barrio La Manga con los afectados.
No se refirió a los bloqueos en la ciudad, no dio ruedas de prensa, ni dio entrevistas detallando la situación. Contrasta con el manejo de la crisis que han hecho otros alcaldes.
El mandatario de Cartagena, Dumek Turbay, hizo un reporte hora a hora cuando se rompió un tubo de agua en su ciudad que dejó a buena parte de la población sin agua. El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, instaló un Puesto de Mando Unificado (PMU) y gobernó desde la humareda cuando se presentaron incendios forestales en la ciudad. Con la crisis de agua en Bogotá, Galán hace reportes semanales.
De hecho, Char le dedicó más trinos a su participación en el evento empresarial Caribe Biz Forum, al que le hizo un hilo con cinco trinos: “Hoy el Plan de Desarrollo de Barranquilla avanza a otro nivel con una visión enfocada en mejorar la calidad de vida de nuestra gente. A esta Barranquilla no la para nadie”.
Char, el lunes antes del vendaval, también fue el primero en sacar pecho porque la intervenida Air-e no les seguirá cobrando la opción tarifaria a los usuarios (ya se pagaron 10 de 12 meses). Eso causó la molestia del presidente Petro, pues la decisión fue de su gobierno y sintió que Char se estaba robando los créditos. Esa agilidad para dar noticias positivas, contrata con la falta de información en otros escenarios.
Lina Robles, periodista de Publímetro y el portal El Caimán, dice que la falta de comunicación ha sido una constante en este periodo de gobierno de Char. “Yo estoy en un grupo de periodistas, y todos los periodistas están molestos porque si ha citado a tres ruedas de prensa ha sido mucho. Y los secretarios no pueden hablar, están silenciados”, dice Robles.
Robles, que cubre el día a día de la Alcaldía, dice que eso contrasta con la segunda administración de Char, en la que había más acceso a ruedas de prensa y los secretarios podían hablar con los medios sin intermediación de la Secretaría de Comunicación.
Char sigue siendo uno de los mandatarios más populares del país, pero no tiene el mismo teflón de su segundo gobierno. Según la última Invamer Poll, el 68% de los encuestados cree que la ciudad está empeorando. Además, la aprobación de Char está en el 72%, mientras que en el segundo periodo nunca bajó del 85% y terminó su mandato con un 95%. El vendaval que sacudió los problemas de Barranquilla anuncia estragos en el quinto periodo consecutivo de gobierno Char de la ciudad.