En una acalorada sesión, el alcalde Federico Gutiérrez encabezó ayer la instalación de un nuevo periodo de sesiones extraordinarias en el Concejo de Medellín que tendrán como plato fuerte la discusión por la venta de las acciones de EPM en UNE.
Pese a que la cita era solo para presentarle el proyecto a la plenaria —el primer debate está citado para mañana—, el encuentro arrancó con los ánimos encendidos. Un grupo de personas, uniformadas con camisetas blancas y con pancartas, desde las gradas del recinto recibieron al alcalde Gutiérrez gritándole gruesas arengas. El exalcalde Daniel Quintero retomó lo ocurrido en su cuenta de X e hizo énfasis en que le gritaron “¡Pícaro!”.
Gutiérrez encaró los gritos, defendiendo la necesidad de enajenar las acciones de UNE y sosteniendo que con la operación se busca salvaguardar las finanzas de EPM.
“Señores, yo les voy a decir una cosa a ustedes”, expresó el alcalde interpelando a las gradas: “¿Quieren encontrar pícaros y bandidos? ¡Ustedes los conocen! ¡Los que los invitaron acá! ¿Quieren pícaros y bandidos? Ahí están los que se robaron a Medellín, no han respondido y están en el Gobierno Nacional que ustedes defienden y votaron. No vamos a dejar que cambien el relato”, añadió exaltado.
La sesión por momentos recordó las tensiones que se vivieron en el Concejo hace dos años, pero el proceso puede que tenga un desenlace distinto al de entonces, porque en aquella ocasión no se pudieron poner de acuerdo los concejales por la desconfianza sobre el destino que daría el alcalde Daniel Quintero a los recursos de la venta de la empresa, mientras que ahora el alcalde Gutiérrez cuenta con mayorías.
La sesión de ayer sirvió de abrebocas para que los puntos más sensibles de la discusión volvieran a salir a flote como son el valor de las acciones y, sobre todo, la forma en cómo serán gastados los recursos. ¿En qué consisten las controversias?
Uno de los puntos que mayor debate han despertado es que no se sabe a ciencia cierta cuánto va a obtener el Distrito por la transacción. Incluso, se estima que los recursos que entrarán podrían estar por debajo del rango informado por la misma EPM en 2022, cuando la iniciativa fue sepultada.
Hace dos años, EPM había dicho que el valor de sus acciones oscilaba entre los $2,3 billones y los $2,8 billones. Sin embargo, esa es solo una cifra de referencia, porque una cosa es lo que el dueño pide y otra cosa es lo que el comprador está dispuesto a pagar. Y en el campo de las telecomunicaciones las cifras pueden variar significativamente según las condiciones del mercado.
En este caso, por ejemplo, una cosa es lo que puede costar UNE en este momento y otra distinta la que puede valer en caso de que la superintendencia apruebe la fusión de Millicom (dueño de la mitad de UNE) y Movistar que haría más atractivo este activo.
También impacta el valor el hecho de que la propia EPM en tiempos del alcalde Quintero, admitió un deterioro en su patrimonio de $1,1 billón, es decir, lo cual sin duda castiga la valoración hecha previamente de 2,3 billones de pesos.
Ese deterioro, cabe recordar, abrió una puja por la disminución en las transferencias de EPM a la Alcaldía por unos $330.000 millones, la situación poco ha cambiado desde entonces. Pese a aclarar que el valor definitivo de las acciones lo arrojará un estudio, esta semana el gerente de Gestión de Negocios e Inversiones de EPM, Carlos Mario Tobón, anticipó que el valor en libros de las acciones de EPM en UNE e Invertelco es de unos $1,6 billones; es decir, que este sería el monto base que la empresa espera recaudar.
La manera cómo se deterioró el valor de la empresa, según argumentó Tobón, es una de las razones para demostrar que es una misión de alto riesgo permanecer en el negocio de las telecomunicaciones, sobre todo recordando el drama que se produjo el año pasado por cuenta de una accidentada capitalización que por poco lleva a UNE a reorganización.
Por ley, las acciones deben ofrecerse primero a los trabajadores y sindicatos, y luego al público en general. La esperanza de EPM es que el interés de Millicom por hacerse al control de Movistar, se traduzcan en un mayor interés en el mercado por las acciones de UNE y en consecuencia un mejor precio.
Algunos sectores han cuestionado el hecho de que no se conozca el monto aproximado de la venta antes de la aprobación en el Concejo. Sin embargo, según fuentes de la Alcaldía, se tiene la certeza de que no se vendería por menos de 1,6 billones de pesos, que es el valor en libros. Adicionalmente, para Medellín puede no ser estratégico definir un valor cuando el mercado está moviéndose como lo está haciendo ahora con la eventual fusión ya mencionada.
No sólo es cuánto, sino en qué. La destinación de los recursos que saldrán de la enajenación también han generado un choque de visiones no solo en el Concejo, sino entre organizaciones dentro y fuera de EPM.
Durante la instalación de las sesiones extraordinarias de ayer, el alcalde Federico Gutiérrez se refirió en profundidad a los planes para el uso de esos recursos y señaló que, tal como aparece en el proyecto de acuerdo radicado en el Concejo, en caso de efectuarse la venta los mismos entrarán al presupuesto de EPM.
Sin embargo, es precisamente ahí donde nace el debate. A mediados de julio pasado, el alcalde presentó cuatro líneas estratégicas a las que llegarán los recursos producto de la venta: una asociada a obras de conectividad en colegios y hospitales, buscando que estos se integren a la red de fibra óptica de EPM; otra a programas educativos para jóvenes; otra a un fondo para emprendedores asociados a innovaciones en servicios públicos; y una cuarta línea relacionada a la construcción de una estación de transferencia de residuos sólidos y un proyecto de valorización de los mismos (es decir, aprovecharlos o darles otros usos).
Sin embargo, organizaciones como el sindicato Sinpro consideran que para este cuatrienio ya hay una proyección de transferencias de $10,3 billones que llegarán a la administración central desde EPM para su libre inversión. Una visión similar planteó la Veeduría Todos por Medellín, cuya vocera, Piedad Patricia Restrepo, consideró que esos recursos deberían reforzar el plan de inversiones de la empresa.
Es decir, mientras el alcalde propone invertir los recursos en proyectos relacionados con EPM, pero de carácter social para beneficio de la ciudad; estas organizaciones consideran que la plata se debería invertir en la misma EPM. Si se acogiera esta idea sería la primera vez que en el país se vende una empresa del Estado para reparar financieramente otra.
La posición de Sinpro y de la Veeduría tienen que ver con los retos financieros que tiene hoy EPM: un déficit de caja de corto plazo de unos $5 billones, las inversiones que demanda Afinia, los chicharrones que quedaron en Emvarias (sobre todo los asociados al relleno Sanitario La Pradera), entre otros.
Precisamente durante la sesión de ayer, el alcalde Gutiérrez se refirió directamente a esa controversia y consideró que los recursos no deberían usarse para tapar los huecos financieros que se heredaron en la empresa desde el gobierno pasado, sino en una inversión que quede a la ciudad.
“Yo no estoy de acuerdo con que entonces se crea que porque dejaron un hueco esta plata se convierta en plata de bolsillo y que vaya simplemente a tapar unos huecos que tiene EPM. EPM tiene que ir solucionando problemas, que los estamos solucionando. Estamos buscando salidas para todas estas crisis y el despelote en el que la dejaron”, contrargumentó Gutiérrez.
Además de la operación en sí misma, la forma en cómo esta ha sido discutida también ha despertado debate. La crítica principal, según plantearon sobre todo concejales de la oposición, es que el proyecto será discutido en poco más de una semana, ya que según el cronograma que se estima, mientras mañana el tema llegará a la Comisión Primera, se espera que el proyecto de acuerdo sea votado en plenaria el próximo 20 de agosto.
A pesar de las discusiones que aún están vigentes, las cuentas son holgadas para la coalición de gobierno que rodea a Gutiérrez y se espera que los votos en contra no sean más de tres.
De acuerdo con los tiempos que maneja EPM, en caso de obtener luz verde del Concejo, la primera etapa de la venta, en la que las acciones serían ofertadas a destinatarios especiales, se estaría concretando en abril de 2025. La segunda, que consiste en una oferta al público en general, incluido Millicom, sería entre julio y septiembre de ese año.
Si para entonces no hay comprador, EPM podría invocar la cláusula de protección del patrimonio público y obligar a Millicom a vender también sus acciones, para que en el mercado cualquier tercero pueda hacerse a una participación controlante.
Por ahora, estos serán los puntos del primer debate que tendrá lugar mañana.
Con Quintero UNE perdió $1 billón
Mientras durante la administración de Daniel Quintero se reportó un deterioro del patrimonio de UNE EPM Telecomunicaciones (Tigo) de más de 1 billón de pesos, en el primer semestre de este año las cifras siguen mostrando una disminución en los ingresos, pero también una reducción en los niveles de pérdidas.
En el informe enviado a la Superfinanciera, la empresa reportó ingresos por $2,68 billones, cifra menor en 1,38% a los $2,72 billones contabilizados entre enero y junio del año anterior. En otras palabras, Tigo vendió $37.596 millones en los primeros seis meses de este 2024.
“La variación se debe principalmente al negocio móvil, donde se ha experimentado una desaceleración en las ventas debido a estrategias enfocadas en aumentar la rentabilidad, reduciendo los descuentos comerciales y mejorando los esquemas de comisión”, se lee en el texto enviado a la Superintendencia.
En cuanto al resultado económico de la operación vale anotar que arrojó pérdidas por $129.302 millones, número inferior a los $439.006 millones observados a junio de 2023.
Al explicar las principales novedades de la deuda consolidada de la compañía en el periodo transcurrido entre el 31 de diciembre del 2023 y el pasado 30 de junio (por $2,9 billones), Tigo precisó que están asociadas al desembolso de crédito de corto plazo con Bancolombia por $85.000 millones, la amortización de otros $5.000 millones a un crédito con el Banco Davivienda en el mes de marzo, así como a la emisión de bonos, en el mercado local por valor de $160.000 millones.
De otro lado, la compañía recordó que a comienzos de este año, el 24 de enero, celebró el contrato para la venta de infraestructura pasiva de hasta 1.132 sitios con la sociedad Towernex Colombia, consistente en las estructuras físicas donde se instalan y operan los equipos de telecomunicaciones móviles.
“Colombia Móvil seguirá utilizando esta infraestructura para su operación bajo la figura de arrendamiento. Esta transacción es considerada una venta con arrendamiento posterior. El primer cierre de esta transacción ocurrió el 14 de marzo entregando 759 torres por un valor total de $202.113 millones”, se anotó y se espera que las torres restantes sean entregadas en lo que resta de agosto.
Además, el 26 de febrero se suscribió el acuerdo vinculante con Colombia Telecomunicaciones (Telefónica- Movistar) para conformar una red única de acceso móvil, así como para compartir los permisos de uso de espectro radioeléctrico (5G) otorgados a cada una de las partes.
Cabe recordar que los resultados financieros de la compañía han generado debate recientemente sobre todo por no traducirse en ganancias para EPM y, en cambio, demandar cuantiosas inversiones anuales.
Desde la fusión entre UNE y Millicom, la compañía solo ha arrojado utilidades en 2013 y 2019, por $45.200 millones y $519 millones respectivamente. En contraste, tan solo el año pasado, la empresa demando una capitalización de $600.000 millones que fue asumida por partes iguales.
Por: Jacobo Betancur Peláez
Información tomada de elcolombiano.com