El pasado 10 de octubre se celebró el Día Internacional de la Salud Mental, asunto de plena actualidad que ha sido invisibilizado y excluido deliberadamente de las relaciones laborales por parte de los patronos
Con motivo de la fecha, la Asociación de Trabajadores de Comfama (ASOTRACOMFAMA) y la Unión Sindical de Trabajadores y Empleados de las Cajas de Compensación Familiar de Colombia (USTECCFC), con el apoyo del CORPEIS, organizaron un conversatorio que abordó diversos temas, entre los cuales sobresalió el despido silencioso. Este, de gran importancia, requiere mayor monitoreo y vigilancia en los lugares de trabajo.
Las relaciones laborales, y los aspectos derivados de ellas, son altamente sensibles a las formas de violencia que no se expresan abiertamente y que, sin embargo, se presentan de manera consistente en el tiempo. El despido silencioso ha retomado relevancia considerando su presencia discursiva en multitud de portales web, publicaciones en Social Media e investigaciones en torno al mundo del trabajo.
Hasta el momento, existen pocas estadísticas para indicar si el despido silencioso es un flagelo en aumento o si es un aspecto inherente a la gestión de las empresas. La encuesta realizada por LinkedIn sobre este tema muestra que más del 49%, de 5000 encuestados, ha sufrido, en algún punto de su vida laboral, este despido. Además, el 38% de los participantes han constatado que al menos un trabajador conocido ha estado en esta situación.
Violencia psicosocial
El despido silencioso es un conjunto de disposiciones y acciones negativas originadas desde las figuras de autoridad en el trabajo. Esta práctica tiene como propósito provocar que el trabajador renuncie voluntariamente o deje de asistir al trabajo. Entraña un escalamiento progresivo de las violencias de orden simbólico dentro del espacio laboral. Al no ser explícito, se manifiesta incrementando los factores de riesgo psicosocial intralaboral, con aquellos empleados con los que ya no se desea trabajar.
Este asunto del trabajo puede iniciarse con decisiones que afectan el ritmo laboral del trabajador, tales como exceso o disminución paulatina de carga de trabajo, menoscabar la autoestima del trabajador, el no reconocimiento de su condiciones médicas, ausencia de reconocimientos por el buen desempeño, exclusión de actividades sociales ─incluyendo aquellas donde se toman decisiones, mal clima laboral con su lideres y/o compañeros de trabajo.
Puede continuar con otras disposiciones como congelar las remuneraciones y aumentos salariales, la eliminación de beneficios, ignorar las opiniones y propuestas, asignar tareas que se sabe que no son del agrado o competencia del trabajador, y puede incluir humillaciones e insultos tanto en persona como ante colegas o clientes.
Es acoso laboral
El despido silencioso también puede manifestarse en el retiro paulatino de funciones y responsabilidades, el dejar de tomarlos en cuenta para ciertos trabajos o proyectos, o dificultar de manera general sus funciones, aunado a la producción de un ambiente tóxico para el trabajador. Dar tareas irrelevantes, ignorar las ideas y propuestas, ausencia de retroalimentación por objetivos, expectativas o rendimiento, son también expresiones de esta práctica.
Si se consideran sus rasgos fundamentales, el despido silencioso es un término eufemístico que hace referencia a una modalidad implícita de lo que, en la investigación en salud y seguridad en el trabajo, se conoce como mobbing o acoso laboral.
Según el experto José Luis Ugarte, el despido silencioso se puede definir como un fenómeno tanto psicológico como jurídico, que implica los procesos de hostigamiento que se caracterizan por su recurrencia e intencionalidad. Su objetivo es causar daño psicológico a las víctimas, o perjuicios sobre su situación laboral y sus oportunidades en el empleo. Este tipo de prácticas pone en riesgo para el trabajador la garantía de los derechos fundamentales relacionados con el trabajo digno.
Así, tiene entonces sentido que el despido silencioso pueda ser tomado como acoso laboral y sea lógico que las medidas que se tomen sean las mismas que hacia las situaciones de violencia simbólica dentro de la empresa. De acuerdo con la revista Time, hasta el momento hay unos pocos mecanismos fiables para combatir el despido silencioso, lo cual empieza en confirmar que el problema es real (Bunga, 2022).
Incomunicación e incertidumbre
Cuando un trabajador sospecha que está siendo “despedido silenciosamente”, debe buscar incrementar la claridad en las comunicaciones con aquellos actores de la organización de los que depende la distribución de trabajo. Buscar comunicación directa con los líderes.
La afectación del despido silencioso se produce, en gran parte, por esa incertidumbre, por lo que la comunicación asertiva es clave para disipar dudas y buscar negociaciones que resuelvan los problemas en vez de mantenerlos ocultos.
La raíz del despido silencioso es, con frecuencia, la pobre comunicación. Es importante incrementar la calidad de las relaciones y comunicaciones con los compañeros de trabajo, puesto que esto permite incentivar los feedback positivos en redes de apoyo, al igual que detectar situaciones como discriminación de género y racial, que también son raíces del despido silencioso.
Como empleado, es mejor tener una forma de documentar los propios logros en el marco del puesto de trabajo y el valor añadido desde las funciones, documentándose adecuadamente sobre ellas.
Una tarea sindical
En el conversatorio, se planteó la presencia del despido silencioso como una práctica sistemática que se viene presentando constantemente en el menoscabo de la estabilidad laboral de los trabajadores en COMFAMA y que puede terminar con suicidios.
El suicidio es un indicador de alerta sobre la forma en que se desarrolla el vínculo entre trabajo y relaciones sociales, al ser una importante amenaza para el trabajador.
Detectar y exigir intervención oportuna son también tareas sindicales hacia el bienestar laboral y la salud para el trabajador.
Información tomada de semanariovoz.co