CON EL RETROVISOR DE 1992
A las demoras de tomar decisiones de la CREG, se suma la disminución de los embalses y las dificultades para desarrollar proyectos de exploración
COMO EN 1992, Colombia enfrenta una de las peores crisis de energía con las que ya desde diversos sectores advierten por el peligro de caer en drásticos racionamientos.
En dos años largos del actual gobierno, en el camino han quedado anuncios de medidas y de regulaciones que no han frenado de raíz el peligro de un apagón y lo que eso significa para la economía.
En el medio, la administración del presidente Gustavo Petro, se ha enredado en asuntos que bien pudo definir prontamente, como la conformación de los comisionados de la CREG, para entrar a regular el mercado energético y que actualmente presenta una situación compleja con las tarifas, principalmente en la Costa Caribe.
Otro elemento adicional es el “toma y dame” del Gobierno con las generadoras y comercializadoras con mensajes confusos sobre el manejo de recursos, que prácticamente dejan en medio al usuario con la incertidumbre de cuándo llegarán los cortes de luz.
En 1992, el gobierno de César Gaviria, decidió afrontar la crisis, provocada por un intenso fenómeno de El Niño, con racionamientos radicales. En Bogotá los hubo hasta por 9 horas y en las islas de San Andrés y Providencia por 18 horas.
Con campañas de concientización, como la llamada “Cierre la llave”, se intentó bajar el desperdicio de agua tanto en la industria como en los hogares.
Este año, sin tener la gravedad de 1992, la crisis de energía ya está latente, como lo advierten distintas fuentes.
Por ejemplo, la firma XM, operadora del Sistema Interconectado Nacional (SIM), advirtió que “Colombia enfrenta un posible racionamiento eléctrico para el verano de 2025-2026 debido a la disminución proyectada de los niveles de los embalses, que podrían descender a un 12%, un índice históricamente bajo”.
El informe de XM detalla cómo la demanda media de energía proyectada por la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME) en julio de 2024 ya supera la energía firme disponible, calculada en 85.803 gigavatios hora año. Tal desbalance podría intensificarse por la ocurrencia del fenómeno de El Niño extendido, el cual históricamente ha exacerbado las condiciones de sequía en el país, aumentando los riesgos para el sistema eléctrico.
Además, la presionada capacidad hidroeléctrica conllevaría una alta exigencia para las plantas térmicas, alcanzando valores promedio durante el verano de 2025 a 2026 de hasta 92 gigavatios hora día. Este nivel de demanda sometería a las infraestructuras a una presión sin precedentes, complicando aún más la estabilidad del suministro energético.
El Ministerio de Minas y Energía ha indicado que la dependencia de la energía hidráulica, que aporta un 70% del total del suministro eléctrico del país, hace que el sistema sea extremadamente vulnerable a las variaciones climáticas.
Precisamente, el Gobierno en las últimas semanas ha activado varias estrategias ante el grave riesgo de desabastecimiento y el fantasma de apagón que vienen alertando gremios y expertos en medio de una temporada seca que no estaba dentro de las proyecciones de las autoridades.
A propósito de la energía térmica, desde el pasado miércoles se publicó para comentarios el proyecto que busca que la generación térmica sea la base para atender la demanda en épocas complejas cuando hay disminución en los embalses, por ejemplo.
También fue la entrega de excedentes para incluir más energía a la red, es decir, buscar energía en diferentes partes en los siguientes tres meses: plantas menores, autogeneradores o excedentes del sistema y así entregar la máxima cantidad de energía eléctrica posible. Para esto la CREG también construyó otro marco normativo.
Adicionalmente, el documento de XM muestra que no se han considerado en esta proyectada modelación eventos de alto impacto y baja probabilidad, como por ejemplo que alguna planta grande salga de operación por eventos fortuitos, lo que podría agravar aún más la situación en caso de ocurrir.
“Al considerar atrasos adicionales en la entrada en operación de los proyectos eólicos, la alta exigencia al parque térmico, junto con las altas tasas de desembalsamiento durante el verano, se extiende a todos los años considerados en el análisis”, advierte el documento de XM.
En medio de este panorama surgió una noticia positiva con respecto al gas y es que el juez de Santa Marta, que puso freno a la exploración de Uchuva 2, aclaró su decisión y permitió que continuaran con las obras, no sin antes advertir que daba solo dos meses de plazos para que el Gobierno acogiera las otras medidas de reconocer a la población indígena Taganga dentro de las exigencias de una consulta previa.
Previamente, Natalia Gutiérrez, presidenta de Acolgen, alertó por los bajos niveles de los embalses debido a la escasez de lluvias. Gutiérrez expresó su preocupación de que se pueda enfrentar una simultánea escasez de gas y electricidad, instando al Gobierno a tomar medidas al respecto.
“En Colombia, todos los diciembres tenemos un verano eléctrico y la idea es poder llenar los embalses durante esta época para afrontar la sequía de diciembre hasta abril del próximo año. Hoy tenemos que levantar las primeras alarmas, y es que no nos están llenando los embalses a la velocidad que se deberían estar llenando”, afirmó Gutiérrez.
Asimismo, la presidenta de Acolgen también mencionó que los análisis de XM, la UPME y la Universidad Nacional indican que podría haber deficiencia de energía en firme en 2026 y 2027. “Necesitamos que el Gobierno saque las subastas de energía lo más pronto posible. Necesitamos que la CREG y el Ministerio de Minas trabajen en toda la regulación que hay que sacar y que den la señal de expansión para que nosotros, los generadores de energía, podamos ampliar el parque generador”, añadió.
Como si esto no fuera suficiente, en las últimas horas, Ecopetrol anunció la suspensión temporal de la venta de gas vehicular a 13 empresas distribuidoras, con el fin de priorizar la generación de energía para plantas termoeléctricas en el país.
La decisión se dio en el marco de la crisis de sequía y bajos niveles en los embalses en todo el territorio nacional, lo que condiciona a Ecopetrol para generar mucha más energía y algunas plantas eléctricas, que necesitan de gas combustible, como impulsor.
Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol, dijo que “justamente estamos con el cumplimiento de estas normativas que aplican desde el 2020, para este tipo de situaciones, los que atienden a los distribuidores de gas mayoristas tienen dos tipos de contratos, lo ideal es que los tengan, para que ante la firmeza condicionada que implica una eventual alternativa de no suministro, se activa un mecanismo que dice que, si el precio de la energía está cerca al 95% de escasez, hay que rebalancear la demanda”.
Añadió que “las necesidades de más gas para la generación térmica, pues se hizo esta desconexión, ante esa situación hemos hablado con algunos de ellos, quienes deberían tener otra opción de compra de gas, pero la idea es rebalancear estas necesidades”.
Así mismo, sobre un posible aumento en el precio del gas, Roa puntualizó: “Yo sí creo que esa es una realidad que hay que ir teniendo presente, con referencia a los últimos meses y años se han presentado exportaciones de gas en cantidades muy grandes, ese activo mediante el cual se ha hecho esto, gas va a seguir habiendo, pero cuando se compra el gas licuado vamos a tener un precio distinto si estuviéramos entregando el gas desde nuestros pozos”.
Por: Redacción Economía
Viernes, 20 de Septiembre de 2024
Información tomada de elnuevosiglo.com