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Relatoría analítica — miércoles 10 de septiembre Acto de instalación y Panel 1 (Eje: Agua)

 

Relatoría analítica — miércoles 10 de septiembre

Acto de instalación y Panel 1 (Eje: Agua)

 

1) Propósito, tono y alcance de la jornada

La jornada de apertura fijó un propósito claro: estudiar con rigor técnico la crisis del agua y buscar soluciones viables, incorporando el debate sobre nuevos marcos tarifarios en agua potable, saneamiento y energía, y convirtiendo el foro en un llamado a la acción con compromisos entre ciudadanía, academia, sector productivo, gobiernos y organizaciones sociales y sindicales. Esta formulación orientó el trabajo del día y dio coherencia a las intervenciones posteriores.

La agenda oficial confirmó que el día se estructuró en: (i) instalación (mañana) y (ii) Panel 1 del eje Agua (tarde), con EAAB, Grupo EPM y AMB Bucaramanga como panelistas, moderado por Ramiro J. Chimuris. Este encuadre programático permitió leer las intervenciones con un hilo conductor temático.

2) Acto de instalación: agua como derecho y bien común, y una lectura geopolítica de la crisis

Derechos humanos y bien común. Jessica Hoyos (CAJAR) enfatizó que el agua no debe tratarse como mercancía, sino como derecho fundamental y patrimonio colectivo indispensable para todas las formas de vida. En su marco, el sindicalismo aparece como actor que resiste y sostiene debates centrales sobre bienes comunes y justicia climática. Esta clave de derechos imprimió un tono ético-político transversal a la jornada.

Ríos, mercantilización y paz. Desde la Red Nacional de Ríos, Miller Dussan propuso confrontar la privatización y la mercantilización de la naturaleza, promover movilizaciones unitarias en cuencas, páramos y humedales, y vincular la defensa del agua a una agenda de paz con participación comunitaria. La alocución enmarcó la crisis hídrica en la geopolítica de los bienes comunes, ubicando lo hídrico en debates de orden global.

Un elemento programático de alto valor fue la propuesta de crear un Sistema Nacional de Ríos Protegidos (“ríos vivos”), como respuesta institucional de alcance país, junto con la construcción de conciencia social en cinco macrorregiones (Caribe, Pacífico, Amazonía, Orinoquía y Andina–Magdalena). Esta idea nutre la agenda pública con un instrumento concreto de protección y restauración ecosistémica.

Múltiples crisis, un mismo continuo. Nelson Andrés Rabelo (CENSAT Agua Viva) articuló una lectura ecosistémica y civilizatoria: racionamientos urbanos, sequías, incendios, inundaciones y deslizamientos son expresiones de una crisis ambiental y climática que demanda enfoques integrales. Esta visión permitió tender puentes entre problemáticas de escala local (Bogotá) y fenómenos globales.

Apertura institucional y solidaridad. La instalación incluyó el saludo y declaratoria oficial del foro por parte de SINTRAEMSDES (Humberto Polo), con un énfasis en paz con justicia y solidaridad internacional (Cuba y Venezuela), reforzando el carácter latinoamericano y social de la convocatoria.

Balance de la instalación. Los ejes “derechos-bien común”, “ríos y ecosistemas”, “paz y geopolítica” y “multicrisis climática” convergen en un mandato de gobernanza democrática del agua, en diálogo con ciencia, instituciones y comunidades.

3) Panel 1 — “Analizar la crisis del agua en las grandes ciudades…”: aprendizajes y líneas de acción

3.1. Bogotá: estrategia de seguridad hídrica (EAAB)

La Gerente de la EAAB estructuró una estrategia de cinco pilares que, leída en conjunto, traduce el tránsito desde una “gestión de la emergencia” a una gestión preventiva basada en datos:

  • Monitoreo y modelación con microdatos. Se subrayó el valor de más de 60 estaciones (pluviométricas e hidrometeorológicas) en el páramo de Chingaza, eslabón crítico de la oferta bogotana. Esta densidad de medición permite señales anticipadas y mejores modelos para prever sequías.
  • Aguas subterráneas (sabana de Bogotá). Se reconoció la insuficiencia de información concluyente y se recordó el estudio JICA (17 años) con 60 pozos y capacidad de 1,3 m³/s, muy por debajo del consumo de Bogotá (17 m³/s), lo que justifica nuevos estudios de dos años para una decisión informada (fuente complementaria o de emergencia).
  • Reúso de agua residual tratada y gestión de pérdidas. La EAAB reporta 34% de pérdidas (técnicas + comerciales), por lo que impulsa micromedición avanzada, detección rápida de fugas y un Plan Maestro de Pérdidas (Uniandes, con apoyo Banco Mundial/BID).
  • Protocolo operativo de actuación frente a sequías. No se limitará a recomendaciones; operacionaliza acciones para prevenir estrés sobre empresa, operadores y ciudadanía.
  • Gobernanza y priorización de usos. Se enfatizó que el agua de Bogotá proviene fuera del Distrito, por lo que se requiere acuerdo interterritorial y priorización del consumo humano en eventos críticos.

Lectura analítica. La apuesta bogotana combina infraestructura blanda (datos, protocolos, gobernanza) con mejoras operativas (pérdidas, micromedición, reúso). El salto cualitativo es pasar de gestionar “promedios” a gestionar microvariabilidad hidrológica, clave en un clima más volátil.

3.2. Grupo EPM: preparación sin alarmismo

Santiago Ochoa llamó a evitar el desasosiego y a actuar con prontitud para prevenir riesgos de desabastecimiento. La idea fuerza: planificación y decisiones oportunas antes del próximo evento crítico, con una cultura de eficiencia del agua.

Lectura analítica. Esta “pedagogía de la calma” es complementaria al énfasis bogotano en alertas tempranas: menos reacción, más anticipación.

3.3. AMB Bucaramanga: cooperación, datos y pérdidas por debajo del 24%

Juan Carlos Suárez relató la situación de los Santanderes: sin una sequía tan intensa como otras regiones, pero con una curva de aprendizaje compartida con EAAB (prácticas de control de pérdidas y micromedición). El AMB reporta pérdidas <24%, trabaja en cambio masivo de micromedidores, y desarrolla un programa social para reducir consumos residenciales.

Desde el punto de vista de infraestructura, describió capacidad instalada 4.000 L/s frente a demanda 2.500 L/s; un embalse 18 millones m³ del cual hoy solo se aprovecha 15% por limitaciones de infraestructura; y una red de 18 estaciones hidrométricas y 16 meteorológicas en tiempo real para focalizar acciones. La hoja de ruta incluye inversiones $800.000 millones en 10 años para interconexión y expansión, con el objetivo de optimizar la prestación.

En cuanto a marcos tarifarios, señaló que un indicador de pérdidas objetivo ~20% luce cercano pero exigente, pues los avances marginales se vuelven progresivamente más difíciles. Esta observación aterriza el debate regulatorio en restricciones técnicas y costos de eficiencia incremental.

 

Lectura analítica. El caso AMB muestra tres lecciones trasladables: (i) cooperación interempresarial para acelerar capacidades, (ii) datos operacionales para decisiones finas y (iii) gestión social de la demanda como componente de resiliencia.

 

4) Convergencias y tensiones detectadas

Convergencias:

  • Agua como derecho y bien común, foco de justicia ambiental y climática; rechazo a la lógica estricta de mercancía.
  • Prevención y anticipación: monitoreo denso, alertas tempranas, protocolos operativos y decisiones oportunas.
  • Reducción de pérdidas y micromedición como eje de eficiencia; planes maestros y cooperación técnica.
  • Gobernanza interterritorial para priorizar consumo humano y evitar conflictos por oferta externa (caso Bogotá).
  • Gestión social de la demanda: campañas y hábitos que sostienen reducciones de consumo residencial.

Tensiones y debates:

  • Crítica a la mercantilización (p. ej., pagos por servicios ambientales) vs. necesidades de financiamiento de la conservación; urge compatibilizar sostenibilidad fiscal y derechos.
  • Insuficiencia de información sobre aguas subterráneas en la sabana: necesidad de inversión en conocimiento antes de grandes decisiones de CAPEX.
  • Umbral regulatorio de pérdidas (20%) es deseable, pero con costos crecientes; reconocer rendimientos decrecientes de eficiencia.

5) Recomendaciones derivadas de lo expuesto

  1. Consolidar un sistema nacional de ríos protegidos (“ríos vivos”), articulado a restauración y vigilancia social en macrorregiones.
  1. Escalar redes de monitoreo y modelos predictivos: replicar el enfoque de microdatos (caso Chingaza) en otras grandes ciudades.
  1. Invertir en conocimiento hidrogeológico antes de decidir inversiones: completar los nuevos estudios subterráneos (≥2 años).
  1. Acelerar planes maestros de pérdidas con micromedición avanzada, detección temprana de fugas y cooperación con academia y multilaterales.
  1. Adoptar protocolos operativos de sequía de alcance metropolitano: rutinas accionables con responsabilidades y tiempos.
  1. Acordar gobernanza interterritorial para priorizar consumo humano y prevenir disputas en cuencas compartidas.
  1. Fomentar la cooperación interempresarial (ej. EAAB–AMB) y el intercambio de buenas prácticas.
  1. Potenciar estrategias sociales de ahorro que sostengan reducciones de consumo residencial y hábitos eficientes.

6) Cierre: una gramática común para la acción

La instalación aportó un marco de sentido: el agua como derecho y bien común, con una lectura geopolítica que conecta lo local con lo global. El Panel 1 ofreció una gramática operativa: datos finos, protocolos, pérdidas, micromedición, cooperación y educación del consumo. La suma dibuja una ruta de resiliencia para grandes ciudades: gobernanza democrática, decisiones informadas y acciones anticipatorias que reduzcan la vulnerabilidad socio-hidrológica. Ese es, en esencia, el aporte que esta relatoría propone dejar asentado en el Libro de Memorias del Foro.

 

SINTRAEMSDES

Personería Jurídica 1832
de Noviembre 4 de 1970

[ NIT: 890.324.569-9  ]

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